Monumento de la Comunidad Israelita

La participación de la colectividad judía local en la conmemoración del centenario de la ciudad revistió una peculiar singularidad, considerando que sólo esta colectividad y la británica lograron emplazar sus respectivos monumentos en la Plaza Rivadavia, en tano espacio jerárquico disputado y apetecido por los grupos de mayor relevancia social y política.

La colectividad judía no contaba con una gravitación política directa

y constituía una comunidad tardía y con menor peso cuantitativo respecto a otras colectividades. En este marco, los dirigentes comunitarios intentaron legitimar su presencia frente al poder local desde una posición reactiva, con el peso de los entecedentes de los sucesos...

Atendado a la AMIALugar de memoria

La multitudinaria concentración del 23 de julio de 1994 que se llevó a cabo en torno al monumento como expresión de repudio brutal atentado a la AMIA, produjo una resignificación de este “lugar de memoria” de la presencia judía en la ciudad.

Presentación

Bloque compacto revestido en mármol, de cuatro caras, donde se añadieron cuatro grandes placas de bronce que representaban: al Barón Mauricio de Hirsch, filántropo fundador de la empresa colonizadora judía; a la agricultura; a la industria y a la ciencia.

Creación

El responsable del diseño fue el arquitecto Michael Yatvinsky y el escultor a cargo de los motivos desarrollados en las cuatro placas fue Israel Hoffman, oriundo de las colonias judías de Entre Ríos

Piedra Fundamental

fue colocada el 29 de enero de 1928. El monumento llegó casi medio año más tarde. La inauguración se realizó el 14 de octubre de 1928 con un acto multitudinario encabezado por el intendente Dr. Carlos E. Cisneros junto a los representantes de las instituciones judías de la ciudad y de la región.

Imagen histórica (fuente: Museo y Archivo Histórico)

Historia de las Placas

En el acto del 17 aniversario del atentado (18 de julio de 2011), fue descubierta una nueva placa en la contracara y reverso de la placa del Barón de Hirsch. Esta vez, de espaldas al poder político y con un mensaje que interpela al Estado frente a la impunidad, el texto advierte que la comunidad judía “no desiste en el reclamo de justicia”. Esta última placa fue ubicada sobre una de las dos caras vacías donde fueron saqueadas dos placas de bronce consideradas objetos patrimoniales, ya que formaban parte del conjunto escultórico original del monumento.

Para el transeúnte común

El monumento fue popularmente identificado como “frasco de perfume” o “botella de anís” por la similitud del formato con dichos envases.

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